Mi familia está conformada por mis abuelos,
padres, tíos, primos y dos hermanas mayores; sin embargo en mi hogar únicamente
convivimos mis padres y mis hermanas.
Gracias a nuestra educación y
valores comprendemos que el poder se centra en nuestros padres, esta autoridad
se ejerce al plantear unas normas y restricciones que debemos respetar mis
hermanas y yo; también existe un poder entre mis hermanas, mi hermana mayor tiene
una posición de poderío, no obstante mi puesto de menor no deduce que no tenga
autoridad; mis padres ejercen la misma autoría entre ellos y sobre nosotras,
puesto que la importancia de quién es el que genera ingresos es mínima en
nuestro hogar, puede ser más significativo el poder que tiene la persona que
mantiene un orden, en este caso mi madre.
El tomar decisiones que afecten a
todos los miembros se convierte en una situación en la que cada uno tiene el
poder de decidir y juntos llegar a un acuerdo, así se evidencia el poder
democrático presente en la familia. En ocasiones mis padres generan mando sobre
nuestras decisiones esto se da a causa del bienestar que desean para sus hijas,
sin embargo, no siempre entendemos esta razón, así mismo transmiten autoría en
situaciones como las acciones que debemos realizar y cómo actuar frente a la
sociedad, eso sin ocultar nuestra personalidad.
Mi abuela materna aunque no vive en
nuestro hogar también tiene autoridad tanto en mi madre como en sus nietas,
este poder se da en el contexto de la educación y de nuestro desarrollo
personal.
El acceso al poder en mi familia se
da cuando se demuestra responsabilidad y sobre todo al obtener la confianza de
mis padres; y el poder entre mis hermanas todas lo llegamos a generar teniendo
en cuenta la situación en la que nos encontremos.
Por consiguiente, se demuestra que
la jerarquía en mi familia inicia por mis padres sobre las hijas, y este poder
se da de manera responsable, ya que permite nuestro buen desarrollo y libre opinión,
siendo lo más importante en mi familia el poder que cada uno ejerce sobre sí
mismo.